¿Qué es la técnica FUE?

La técnica FUE (Follicular Unit Excision) es un método moderno de trasplante capilar en el que los folículos pilosos de la zona donante segura en la nuca y por encima de las orejas se extirpan individualmente, normalmente con micropunzones de 0,7–1,2 mm, en sus unidades naturales y se trasplantan a las áreas con menor densidad. En la práctica actual, el rango de diámetros de punch más utilizado es 0,8–0,9 mm; sin embargo, la elección final se realiza según características individuales como el grosor del tallo del cabello, la curvatura y la elasticidad cutánea. Aunque la técnica FUE no deja una cicatriz lineal, no está completamente libre de cicatrices; pueden quedar impresiones puntiformes en la zona donante que son difíciles de detectar a simple vista. En términos de terminología, se utiliza la palabra “escisión” en lugar de “extracción”, porque el procedimiento es, en sentido literal, un proceso de cortar y retirar.

¿Por qué son críticas la correcta selección del candidato y el análisis?

El primer paso de una técnica FUE exitosa es una planificación medible y una correcta selección del candidato. Para ello, se realiza un análisis preoperatorio del folículo basado en densitometría y tricoscopia. En este análisis se contabiliza la densidad de unidades foliculares (UF) en el donante por cm², se determina el promedio de cabellos por UF, se evalúa el grosor del cabello en micras y se crea un mapa de miniaturización. Aunque la densidad donante típica varía de una persona a otra, generalmente oscila entre aproximadamente 60–100 UF/cm². Gracias a estas mediciones se responden con cifras las preguntas “¿cuántos injertos pueden extraerse?, ¿cuántas UF/cm² se implantarán y dónde?, ¿y cómo se preservará la estética del donante?”. Los límites de la zona donante segura se definen para permanecer fuera de las regiones susceptibles a pérdida androgenética, reduciendo así el riesgo de adelgazamiento visible. En la gestión de expectativas, el objetivo no es copiar la densidad original uno a uno, sino alcanzar el umbral de plenitud óptica que, en la mayoría de las personas, puede lograrse incluso con aproximadamente la mitad de la densidad original.

Técnica FUE en cifras: ¿qué densidades son seguras?

En la planificación de la técnica FUE se toman algunas precauciones numéricas de base. En donantes con densidad media, una extracción segura en un solo pase es de aproximadamente 10–15 UF/cm². En pacientes con tallos capilares gruesos y condiciones tisulares favorables, este valor puede acercarse a 20 UF/cm² en casos seleccionados; sin embargo, aumentan los riesgos de adelgazamiento visible en el donante, “mottling” y sobreextracción. En pacientes planificados para múltiples sesiones, es necesario preservar deliberadamente al menos 40–50 UF/cm² de densidad residual en el donante. En la zona receptora, una densidad objetivo de 30–40 UF/cm² en una sola sesión proporciona un aspecto natural y alta tasa de crecimiento en la mayoría de los casos; el “dense packing” a niveles de 50–60 UF/cm² solo debe considerarse cuando existe buena vascularización, tallos gruesos y condiciones tisulares adecuadas. El promedio de cabellos por UF se sitúa en el rango de 2,0–2,3; por lo tanto, los injertos de un solo cabello se prefieren en los primeros 1–2 centímetros de la línea frontal, mientras que los injertos dobles y triples se emplean en capas que requieren densidad, equilibrando naturalidad y plenitud.

¿Cómo se realiza la planificación preoperatoria?

La planificación comienza con la evaluación de la clasificación de Norwood, el grosor y la ondulación del cabello, el contraste color cabello-piel y la distribución de la miniaturización. Se realizan mediciones densitométricas en al menos tres puntos a lo largo de las líneas occipital, mastoidea y temporal del área donante; se registran las UF/cm² y el promedio de cabellos/UF, y se documenta con fotografías estandarizadas. Luego se calcula el área receptora en centímetros cuadrados y se crea un mapa de densidad objetivo para cada subregión: 30–40 UF/cm² en la línea frontal, 30–35 UF/cm² en la zona media y 25–35 UF/cm² en la coronilla/vértice; en la coronilla, las hendiduras (slits) se diseñan siguiendo el remolino natural. La necesidad de injertos se comparte con el paciente mediante una fórmula clara: por ejemplo, si se apunta a 35 UF/cm² para un área de 80 cm², entonces 80 × 35 = 2.800 UF; asumiendo un promedio de dos cabellos/UF, esto corresponde a aproximadamente 5.600 cabellos transferidos. Durante la planificación deben considerarse el uso de anticoagulantes, comorbilidades como diabetes e hipertensión, antecedentes de queloides, hábitos de tabaquismo y dermatosis concomitantes. Se registran fotografías en ángulos estándar antes del procedimiento y se completa el proceso de consentimiento informado.

¿Cómo deben organizarse el equipo, el montaje de la sala y el control de infecciones?
El éxito de la intervención depende de un flujo de trabajo de equipo bien diseñado. El médico responsable, el técnico de extracción, el equipo de clasificación y conteo de injertos, los cargadores e implantadores, y la enfermería circulante comparten funciones. Para acortar el tiempo ex vivo, se utiliza el método de “múltiples placas de Petri”: mientras una placa está en campo, las otras se mantienen frías, y los injertos se transfieren en pequeños lotes con rotación regular. Nunca se debe permitir que los injertos se sequen; el tiempo al aire libre se limita a minutos. La cadena de esterilización, la trazabilidad de lotes de materiales desechables y los conteos de instrumental y consumibles son componentes indispensables del control de infecciones.

¿Qué detalles técnicos importan durante la extracción del donante?

Avanzar el punch paralelo al ángulo de salida del cabello y usar un tope de profundidad preserva la integridad de los injertos. El procedimiento consta secuencialmente de centrado (scoring), disección y extracción. Pueden utilizarse sistemas manuales o motorizados; además de punch afilados y romos, los sistemas tipo SAFE modifican los riesgos de transección y de “injertos enterrados”. La tasa objetivo de transección se monitoriza intraoperatoriamente con conteos en vivo y se mantiene lo más baja posible; un objetivo práctico para la mayoría de equipos es del 5–10 por ciento. En lugar de extracciones excesivamente simétricas o por bandas, se prefiere un patrón en mosaico y difuso. Evitar las áreas fuera de los límites de la zona donante segura —especialmente la nuca inferior y las zonas laterales superiores— previene adelgazamientos visibles posteriores. Aumentar la profundidad del punch más de lo necesario puede elevar el calor dérmico y desencadenar estrés de isquemia-reperfusión; por tanto, el ángulo y la profundidad deben gestionarse meticulosamente.

¿Cómo se conservan los injertos ex vivo?

La supervivencia de los injertos —es decir, el “holding”— es decisiva para los resultados. El orden de principios es claro: acortar el tiempo ex vivo, mantener los injertos constantemente húmedos y establecer el equilibrio adecuado de temperatura y solución. Para tiempos de espera cortos, es suficiente solución isotónica de NaCl al 0,9% o Ringer lactato. Si la espera se prolonga, mantener los injertos fríos a aproximadamente 4–10 °C sin congelar ayuda a preservar la viabilidad. Dado que la deshidratación puede reducir la viabilidad en unas decenas de minutos, los injertos en la mesa de trabajo se mantienen húmedos con una “niebla” salina, se renuevan con frecuencia las gasas húmedas y no se dejan los injertos expuestos durante mucho tiempo. Para esperas prolongadas, existen datos que sugieren ventajas de soluciones avanzadas como HypoThermosol y ATP, destinadas a mantener el equilibrio intracelular; sin embargo, dado que los efectos de estos productos pueden variar según el paciente y el proceso, la estrategia central sigue siendo acortar el tiempo total y mantener la hidratación.

¿Cómo estandarizamos la cadena de frío y la gestión de bolsas de hielo?

El objetivo es mantener estable la temperatura de la solución en la bandeja de injertos dentro del rango de 2–8 °C. Para ello, utilice un contenedor aislado con tapa, una sonda de temperatura o registrador de datos, dos juegos de bolsas de gel, RL/NaCl y una rejilla que evite el contacto directo del recipiente de injertos con el hielo. La temperatura se registra cada 15–30 minutos; cuando supera los 8 °C, reemplace la bolsa de hielo o aumente la cantidad de hielo, y cuando desciende por debajo de 1–2 °C, reduzca el contacto para evitar la congelación. En condiciones de sala típicas, cambiar las bolsas cada 2–3 horas en contenedores aislados medianos suele ser suficiente; sin embargo, como la frecuencia de apertura de la tapa y la temperatura ambiente pueden acortar este intervalo, se prefiere la medición en tiempo real frente a una regla horaria fija. Se implementa una rotación de dos bandejas y los injertos se llevan al campo en pequeños lotes de 10–15 minutos para gestionar el tiempo ex vivo.

¿Cómo se planifican la creación de hendiduras y la implantación en la zona receptora?

Al diseñar los sitios receptores, se preserva la continuidad natural de dirección y ángulo del cabello. Se apuntan aproximadamente 10–15 grados en la línea frontal y 30–40 grados en la zona media; en el vértice se sigue el eje del remolino natural. Los ángulos más agudos requieren una penetración más superficial para la misma longitud, lo que ayuda a proteger el plexo vascular profundo. La orientación coronal de las hendiduras y el uso de hojas semiconónicas pueden reducir la lesión tisular y el riesgo de “popping”. En procedimientos realizados con técnica FUE, la profundidad de la hendidura se deja ligeramente menor que la longitud del injerto para ayudar a estabilizarlo en su lecho. La implantación puede realizarse colocando con pinzas en hendiduras prehechas o usando un bolígrafo implantador DHI. El enfoque con implantador puede ser ventajoso para “dense packing”; sin embargo, especialmente con técnicas de implantador afilado, la experiencia y la compatibilidad tisular determinan el éxito. Los injertos se manipulan suavemente sin tocar el bulbo, el ancho de la hendidura se planifica aproximadamente 0,1–0,2 mm más estrecho que el injerto y el campo se mantiene constantemente húmedo con niebla salina. En condiciones tisulares bien vascularizadas, 30–40 UF/cm² ofrecen un buen equilibrio crecimiento-riesgo para la mayoría de las personas; 50–60 UF/cm² se reservan para lechos seleccionados, y la perfusión y la dinámica de popping se monitorizan cuidadosamente durante todo el procedimiento.

¿Cómo explicamos “cuántos folículos se extraen e implantan por cm²”?

En un paciente promedio con una densidad basal donante de 65–75 UF/cm², extraer 15–20 UF/cm² en un solo pase se considera seguro, y se planifica implantar 40–50 UF/cm² en una sola sesión en la zona receptora; si se prevé más de una sesión, el objetivo es dejar al menos 40–50 UF/cm² en el donante. Cuando el tallo capilar es grueso y el tejido está bien vascularizado, la densidad de extracción puede aumentarse a 25–30 UF/cm² y la implantación a 50–60 UF/cm². En personas con tallos finos o capacidad donante limitada, la extracción se planifica en 10–15 UF/cm² y la implantación en 30–35 UF/cm², distribuyendo la densidad de forma más inteligente con técnicas de ilusión óptica. Cuando sea necesario explicarlo en términos de cabellos individuales, se indica claramente —usando la suposición de aproximadamente 2 cabellos/UF— que 35 UF/cm² ≈ 70 cabellos/cm²; por supuesto, el valor real de cabellos/UF se determina mediante medición en cada paciente.

¿Cómo se realizan la clasificación-conteo de injertos y el control de calidad?

El equipo de clasificación-conteo contabiliza regularmente, por lotes, las proporciones de UF de uno, dos, tres y más cabellos, y registra el ATE (promedio de cabellos/UF). A lo largo de la intervención, la tasa de transección se mantiene por debajo del 10 por ciento si es posible. El tiempo ex vivo promedio de los injertos se planifica por debajo de 2–3 horas, y se llevan registros de temperatura y humedad de bandejas y superficies de trabajo cada 15–30 minutos. Para el seguimiento de resultados, se realizan controles fotográficos y de tricoscopia en los meses 6–12.

¿Qué prácticas reducen el riesgo de complicaciones?

Para controlar edema y sangrado, la presión tumescente no se incrementa más de lo necesario; se consideran los tiempos de isquemia tisular con soluciones con adrenalina, y la creación de hendiduras se distribuye en “estilo disperso” durante todo el procedimiento para permitir intervalos de recuperación del tejido. No se eleva la temperatura cutánea con fuentes de luz de alta intensidad ni flujos de aire caliente; dado que este equipamiento seca rápidamente los injertos, se mantiene el uso de gasas húmedas y aplicación regular de suero en el campo. Para la estética del donante, se evita la extracción consecutiva de la misma fila; se prefiere una distribución homogénea en mosaico. En pacientes propensos al dolor y a respuestas vasovagales, se planifican la posición de Trendelenburg, mantas térmicas, soporte de fluidos orales y pausas cortas.

¿Cómo se gestionan los primeros días posoperatorios?

En las primeras 24 horas, se humedece suavemente la zona receptora, se evita el trauma y se realiza una limpieza controlada de costras durante 7–10 días. Las compresas frías aplicadas en la frente se planifican de modo que no contacten directamente con los injertos; aplicaciones de 10–15 minutos se separan con intervalos de 45–60 minutos. Se proporcionan protocolos de medicación y lavado según los estándares de la clínica y, en pacientes adecuados, se consideran terapias médicas a largo plazo como finasterida o minoxidil.

¿Por qué se establecen así estos números y rangos?

Todos los rangos —como la densidad del donante, los límites seguros de extracción, las densidades objetivo del receptor y la temperatura/tiempo de conservación— han tomado forma en el terreno común de la experiencia y las guías internacionales. Un rango donante de 60–100 UF/cm² se observa con frecuencia y se recomienda planificar con densitometría. Extraer 10–15 UF/cm² en un solo pase es una banda segura que preserva la estética del donante en la mayoría de los donantes promedio. En la zona receptora, 30–40 UF/cm² equilibran tasa de crecimiento y aspecto natural; 50–60 UF/cm² pueden aplicarse de forma segura solo cuando las condiciones tisulares son adecuadas. Prevenir la desecación de los injertos y mantener tiempos totales cortos son las variables más potentes para determinar la viabilidad; si la espera se prolonga, el almacenamiento en frío alrededor de 4 °C y, cuando sea necesario, el uso de soluciones avanzadas son opciones razonables.

¿Cómo se estandariza el flujo de trabajo intraequipo?

Al inicio de la intervención se realiza un breve briefing en el que se clarifican el número objetivo de injertos del día, el mapa de densidad, la distribución de roles, el límite seguro de extracción, el protocolo de conservación de injertos y la persona responsable del seguimiento de temperatura. Durante la fase donante, la tasa de transección se revisa cada 30 minutos, se verifica la matriz de distribución de extracción y, si es necesario, se realiza un control intermedio con fotografías. Durante la conservación, se registra la temperatura cada 30–45 minutos, y se controlan el nivel de solución y la rotación de bandejas. En la fase receptora, la creación de hendiduras y la implantación avanzan de forma asíncrona; se mantiene un ciclo de “hendidura fresca–implantación fresca”, y se monitorizan continuamente la cantidad de popping en campo y el control del sangrado. Al cierre, el número total de injertos y cabellos, el ATE, el tiempo ex vivo promedio y cualquier nota de complicación se consignan en el informe, y se reiteran al paciente las indicaciones posoperatorias.

Frequently Asked Questions

¿A qué temperatura se mantienen los injertos? Para esperas cortas, la diferencia entre temperatura ambiente y frío puede ser limitada; sin embargo, si la espera se prolonga, un objetivo alrededor de 4 °C es un enfoque seguro. En general, el rango de 2–8 °C es práctico. La regla básica es mantener los injertos continuamente húmedos y acortar al máximo el tiempo total de espera.
¿Con qué frecuencia se debe cambiar la bolsa de hielo? Aquí no se aplica la “regla del tiempo”, sino la “regla de la temperatura”. Cuando la temperatura interna del contenedor supera los 8 °C, cambie la bolsa de hielo o aumente la cantidad; cuando descienda a 1–2 °C, reduzca el contacto para evitar la congelación. En salas típicas, un cambio cada 2–3 horas suele ser suficiente; pero la decisión debe tomarse según la temperatura medida.
Con la técnica FUE, ¿cuántos folículos se extraen e implantan por centímetro cuadrado? Extraer alrededor de 15–20 UF/cm² del donante en un solo pase es seguro; implantar 40–50 UF/cm² en una sola sesión ofrece buenos resultados para la mayoría de las personas. Con la suposición de 2 cabellos/UF, 40 UF/cm² corresponden a 80 cabellos/cm². Las densidades se personalizan según el grosor del cabello, la estructura vascular y las condiciones tisulares.

Paso a paso, ¿cómo avanza todo el proceso de la técnica FUE?

El proceso comienza con la planificación y el mapeo, en los que el patrón de pérdida y la capacidad donante se determinan numéricamente. Luego se aplican anestesia local e infiltración tumescente; esto proporciona comodidad y reduce el sangrado, al tiempo que aumenta el turgor tisular para facilitar la extracción. Durante la extracción donante, el punch se avanza paralelo al ángulo de salida del cabello, controlado con un tope de profundidad, y se siguen los pasos de centrado–disección–extracción. Pueden elegirse sistemas manuales o motorizados; los perfiles de transección, injertos enterrados y velocidad difieren entre punch afilados/romos y sistemas tipo SAFE. En la fase de conservación de injertos, estos se mantienen constantemente húmedos, se implantan lo más rápido posible y —si la espera se prolonga— se conservan en frío a aproximadamente 4–10 °C en una solución adecuada. En la preparación del sitio receptor, se planifican la línea del cabello, la continuidad ángulo-dirección y un diseño de hendiduras que preserve vasos; los ángulos más agudos permiten una penetración más superficial, las hendiduras coronales y las hojas semiconónicas reducen la lesión tisular-vascular, y la hendidura se deja ligeramente más corta que el injerto. La implantación se realiza con pinzas o con bolígrafo implantador; el método se selecciona en línea con la densidad objetivo y las condiciones tisulares.

¿Qué cambia en el resultado la elección de punch e instrumental?

En la práctica actual de la técnica FUE, la banda de 0,8–1,0 mm es la más utilizada, y un punch de 0,9 mm es una elección inicial popular para el cuero cabelludo. Aunque las tasas de transección tienden a disminuir a medida que aumenta el diámetro, pueden incrementarse la cicatrización tisular y el potencial de trauma vascular. Por ello, en la técnica FUE la elección del punch se personaliza evaluando conjuntamente el grosor y la curvatura del tallo, la elasticidad cutánea y el desempeño del equipo en transección.

Resumen de la técnica FUE

La técnica FUE es un método moderno de escisión realizado con micropunzones de 0,7–1,0 mm. La técnica FUE permite extraer folículos naturales uno a uno sin dejar cicatriz lineal y trasplantarlos a áreas con menor densidad. En la mayoría de los donantes promedio, extraer 15–20 UF/cm² en un solo pase se considera seguro en el marco de la técnica FUE. En la zona receptora, una densidad objetivo de 40–50 UF/cm² con técnica FUE es ideal para resultados naturales y duraderos; el rango de 35–45 UF/cm² se considera una densidad mínimamente aceptable. En casos seleccionados —si la estructura tisular y vascular es adecuada— la técnica FUE puede alcanzar 50–60 UF/cm², pero en ese escenario se requiere una planificación cuidadosa. Durante la técnica FUE , los ángulos receptores se ajustan típicamente entre 15–60 grados; ángulos más agudos en el área frontal aumentan la naturalidad, mientras que el enfoque de hendidura coronal favorece la preservación vascular. Proteger los injertos también es extremadamente importante en las aplicaciones de la técnica FUE. Si bien la temperatura ambiente puede ser suficiente para esperas cortas, si el tiempo de espera se prolonga, en el marco de la técnica FUE se recomienda almacenar los injertos a aproximadamente 4 °C en soluciones adecuadas. Cuando la técnica FUE la realiza un equipo experimentado en condiciones de sala estériles y con una cultura de registro sistemático, ofrece resultados predecibles, seguros y estéticamente satisfactorios. Por esta razón, la técnica FUE se considera hoy una de las más preferidas y fiables en el trasplante capilar.

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